Qué feo es cumplir años

Me despierto: Lunés 27 de noviembre. Tengo hambre son las 7:20 de la mañana, quiero ir al baño, pero al pasar por la sala, mi mama está viendo tele, así que paso sigilosamente como aquél ladrón que entra a urtadillas a una casa desconocida, creó que no me vió ni me escuchó, así que me preparó para abrir la puerta del baño, cinco minutos después, repito la misma operación, solo qué esta vez no contaba con mi hermana, que me vió y me dice: "feliz cumpleaños"; ni hablar me delató mi andar de pato, entonces le dí un abrazo, mi mama escuchó qué estaba despierto y bueno también ella aprovecho. No es que no me guste que me abrazen ni mucho menos, pero es que nunca me ha gustado cumplir años, lamentablemente ocurre todos los años y la misma fecha, uno cada vez se hace más viejo, más gruñón, más pensativo, más espiritual, más maduro, más conservador, más ahorrativo, más discreto, más prudente. Ni hablar no todos los días uno cumple años pero eso sí, todos los días uno se hace más viejo.